sábado, 14 de octubre de 2006

Progarama de enseñanza



Primero subi - anda - fijate - corre –decime con quien esta.
Silenciada por el espanto de la situación inesperadada, me mira, pidiendo auxilio.
No necesita caer en otros brazos porque ahi estoy.
Maneja la situación, como siempre, poniendo distancia y sin querer invadir terrenos.
Donde estaba aquella noche, tan cerca y tan lejos.
Presente en las caricias y afuera, en el río, con su humo.

Segundo sonreí – hablale – jugá – tocalo – dejá que se quede solo con vos.
Estuviste preciosa. Tu encanto encandila desde lejos.
Sabes que los que te ven esperan más de vos.
En su mundo idealizado, va y viene, buscando lo que solo ellos podrán darle.
Imagen. Apariencias. Reina de la casualidad.
Disfrutamos esos momentos juntas. Fueron especiales. Crecer, si. Las nenas crecen.

Tercero miralo – esperá – reíte – acordate – reconocé como cambiaste.
Fijate como el entorno sonríe. Es un adorno.
Perfectamente personificada, tranquila. Ya no es nadie más.
Su barrio aparece lleno de estrellas, y ella, es una más.
La vida le dio personas importantes. Ella las cuida. Las ama. Le ayudan a respirar.

Noche mágica de miradas y juegos de azhar. Todas sabemos que no podemos tirar mucho de la cuerda pero sin embargo, en la lluvia de octubre, de un día que solía ser tan especial para todas, disfrutamos la espontaneidad de una noche llena de regalos.

“Esto me hace pensar que lo que se quiere, se consigue”.
Soñamos. Amamos. Nos acompañamos. Estamos presentes, compartimos una sintonía que armoniza nuestras almas.


Y la noche se termina, nos depegamos. Hasta muy pronto.
Nadie dice nada. Nuestras vidas, un misterio. Pero la perfeccion de ese misterio hace que no perdamos nuestro encanto.







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