sábado, 31 de octubre de 2009

hasta que explote

senti que la fuerza se escurría por mis oídos, hasta dejarme sola.
me volví, para chequear que nadie hubiera podido ver lo que me estaba pasando.
asi fue.- no tenia ganas de contarte lo mierda que me hiciste. pero igual, gracias.

martes, 27 de octubre de 2009

simple suspiro

.que es lo que hago cuando me asomo al silencio del desvelo.
.en que pienso cuando digo que ya nada es lo mismo.

si no supieras que resisto el golpe;
si no temiera que llegara al fin mi triunfo;
si no gastara esas palabras que borro con lágrimas...

.tendería mi mano, de una vez, hacia lo innombrable.

domingo, 25 de octubre de 2009

reflejo

no hace falta mentir para escapar de una encrucijada,
fiel a la falacia de la propia conciencia que se confronta con el sentimiento... dejado, abandonado.
comparto la agonia, el sufrimiento, el final.

el ave rompe el cascaron, abre sus alas.
la figura de tu ave fenix, se desvanece.

martes, 20 de octubre de 2009

Creía que cada vez que te dabas vuelta me cerrabas tu mundo. Y entraba yo en la duda si los años que soñaba que iba a dormir con vos se cumplirían, se tambaleaban mis deseos, pero igual me quedaba callada. Vos respirabas profundo, y te enredabas en las sábanas haciendo ruido, como si me advirtieses de esa manera que estabas aún despierto intentando que yo dijese algo. Un vaivén de silencios, el sueño profundo, los rayitos entrando por la ventana, el abrazo que es cálido y contenedor en la mañana cuando la tormenta se fue para el sur.

lunes, 19 de octubre de 2009

inmutablemente correcta |

ESC 1500- INT/NUBLADO TARDE- UN CUARTO- YO

Me distraje y fue en esa décima de segundo en la que me acorralo la idea. Es el deseo de lo que no existe.

Cuando lo concibo como algo, mucho más lejos de saber que no es más que piel, detecto que no me bancaria tu porro status,

y mucho menos vos mis weekend Campanelli. El aburrimiento mata al hombre, o lo mete en enredos.

domingo, 18 de octubre de 2009

Me ahogo. Tengo la nariz atrofiada y la boca no puede adquirir aire, y no tengo problemas fisiológicos, sino un pensamiento atravesado en el cerebro, que me dejaste ayer. Te escuché y sentí escuchar las historias que muchas veces contamos, desde distintos lugares, desde diversos roles, desde viejos años. La nostalgia que da bronca a veces, y otras deja un gusto a mierda que tengo que dejar de escribir para vomitar.

Releo un texto que explica la soñolienta recepción de uno para él que yo emitía un poco de amor. Ayer me explicaste que no era más que los deseos proyectados en alguien que cuajase perfecto con el target. Yo hubiese dicho de mi propia psiccótica manera de expresar amor, que se parecía a la ondas de una radio emitidas para el alcance del que la enganche por el dial. Las ganas no siempre deben llegar al éxito de convertirse en realidad, porque ese éxito es más el fracaso adelantado de lo que va a ser un futuro llanto sin lágrimas.

sábado, 17 de octubre de 2009

ahora vuelvo

Me fui por unos cuantos dias al sur. Crei que alli iba a encontrar algo de paz. Un poco de inspiración, también, quizás. Algunas lineas que generaran algo, que generaran expectativas en mi, ya lo creo.
Volvi como me fui, cargada de nervios, inseguridades, desvelos. La mochila que llevo conmigo a todas partes, lo necesario para mantenerme en el avismo de la bipolaridad.
Durante todo el camino tuve ganas de abandonar el viaje, de volverme a mi comoda soledad. Decidi no hacerlo, decidi mostrarme segura de querer viajar, de querer compartirlo, de esperarte, de sostenerte. Ahora vuevo, no porque lo haya querido. O quizás si, quien sabe, siempre hay una provocacion, un llamado a alguna parte. Vuelvo a mi lugar,
y me resulta ajeno.

viernes, 16 de octubre de 2009

lo esperable en otro idioma

me reflejo en la exigencia, pero me reflejo mal, me desdibujo.
yo creia que leias mis ojos.

por que todos esperan tanto. y yo.

ya no escribo, "soy", me dijo -- desde donde y hasta donde | soy yo

jueves, 15 de octubre de 2009

Me esperabas sentado en el mismo lugar de siempre un jueves más, rotabamos de mesa por cábala, de paso cambiaba la perspectiva de los viejos que tomaban whisky. El habano se sentía casi en el estómago, me irritaba los primeros minutos hasta que después me daba ganas de probar, pero me contenía. Nunca me dijiste nada de la diferencia de edad, pero reconocía en tu cara cuando alguien nos miraba mucho que te afectaba. Y ahora... no me lo creo, me vengo a enterar por un diario que te están velando, que los años que las sustancias que te hacían intelectualizar te terminaron matando.

viernes, 9 de octubre de 2009

vuelvo a encontrar un viernes de sol primaveral al que le resulto inoportuno

En esas épocas me generabas una especie de mareo insano. Me rodeaba de libros que no eran para mi aún. Me vinculaba con gente que no creía en nada de lo que hacía. Y como en tantos años no lo notaba, yo ingenua, que me fascinaba con caminar un mediodía con vos de regreso de algún lado. Siempre fuí igual pesimista al mango, y dedicada a pensar en lo que no pasaba, mientras pasaban cosas de las que no tuve demasiado registro. Así comencé mi carrera, así empecé a trabajar, así conocí el amor, uno de verdad que se puede sentir y se puede palpar. Pero hoy me despierto de un sueño largo, y detecto el reloj a media mañana, y me descubro en una cama que no es mía, y me pregunto a dónde iba yo. Sigo siendo igual no disfruto ni del camino ni de la meta, pensando en que es imposible llegar a donde sea, y voy pasando demasiado rápido como para ver por donde viajo.

lunes, 5 de octubre de 2009

Inspirado en algún lado por LA TERRAZA de Beatriz Guido.

Bajo las escaleras, porque el ascensor estaba detenido hacia tres días entre el piso 2 y 3. El llamado de los amigotes de su abuelo le alteraban los nervios, Martina escuchaba esas voces viciosas por el teléfono y sabía bien de qué se trataba. Vivía en Constitución, en un edificio con seis departamentos que le pertenecían a su abuelo, Alvaro. Alvaro atiende el bar que tiene en la planta baja, que se llena de viejos borrachos todas las noches de la semana. No existen los feriados en ese bar. Martina, por ende se encarga de administrar el edificio. Cobra los alquileres, las expensas, y se encarga de pagar las cuentas. En el primer piso vive ella con su abuelo, en el segundo una pareja de paraguayos cuarentones con un bebé que Martina sospecha no es de ellos, en el tercero una parejita correntina con la hermana menor de la chica, en el cuarto dos viejos bolivianos, y en el quinto dos chicos y dos chicas del interior del país que no se exactamente de dónde viene cada uno. Por las mañanas Martina va al colegio, y por las tardes a veces toma mate en la terraza del edificio con los correntinos, mejor dicho con el muchacho y la hermana de su pareja, que mantienen una relación un tanto cariñosa pero que invitan a Martina a distraerse un rato cuando la ven haciendo muchas cuentas. Martina como ya dije, administra el edificio, y en ese trance se guarda algún que otro peso, para cumplir su gran sueño: tener una heladería propia. Martina hace helados con una máquina que dejo su mamá. Es fanática de los helados. Esos pesos que se ahorra pretende invertirlos en eso. Pero su abuelo que es un vicioso de los caballos, apuesta y apuesta con sus amigotes, y cuando Alvaro pierde, los apestosos (porque huelen a alcohol de quemar) de los otros apostadores, la llaman a la pobre niña para que saque las papas fuego a su abuelo. Y ella para no verlo mal, le salva todas las deudas. Entonces el sueño de la heladería cada ve se hace más lejano. La mamá y el papá de Martina, en el año 2001 tuvieron que cerrar su fábrica de alpargatas, y como quedaron en bancarrota debiendo dinero a medio país, se fugaron a la triple frontera (o eso fue lo que le dijeron a Alvaro) a casa de unos tíos. Martina se quedaría con Alvaro por un par de años hasta que todo mejorase, pero la realidad fue que nunca supieron nada de ellos. Martina en cada cumpleaños suyo les manda una carta a esa dirección que tiene de la casa de unos tíos, pero le vuelve rebotada porque según dicen los del correo no existe domicilio alguno en esa dirección. Martina se enoja cada año con la gente del correo (ese que es color violeta) entonces el encargado del local al que ella asiste decidió guardarse las cartas para que ella piense que llegan a algún lugar. (CONTINUARÁ...)

sábado, 3 de octubre de 2009

poner en hora nuestros relojes

a destiempo.
como si mi reloj no marcara mi propio pulso.
como si lo de afuera reconstruyera lo de adentro, en un feedback omnipresente.
tout le temps.
siempre se cae el pensamiento.
en mi hora, en mi kairós, un desierto permanente.
cada vez que te encuentro, caminando por ese campo de otro tiempo, me acuerdo de lo que me había llevado hasta ahí.
deseo, imagen, sonido de sueño.
una irrealidad que no tiene justificación.
la causa de la inconsecuencia.
que esta primero, vos o yo.
tener que elegir, o elegirte.
o esos temas que tenes que resolver vos sola.
y que iba a hacer ahí...
no siempre por vos, a veces por mi.
para que pueda ponerme en hora, al menos por un rato.

melodias

Subiste hasta el último piso, ahí donde no había mas nada. Creíste que podías volver atrás con mucha más facilidad que lo que te costó llegar hasta ahí… pero no. Deshacer cuesta lo mismo.
Te pedí que no jugaras... te avise que yo lo hacía en serio. Me gritaste que sabias lo que hacías. Te quise responder, pero ya no me escuchabas. Estabas entretenido con alguna otra cosa.
Carril unipersonal. No hay quien vuelva, ni quien acompañe. La ruta esta oscura y nos encanta viajar.