domingo, 31 de enero de 2010

luna nueva

de la ostia. de la angustia de volver a empezar, mezclado con el recuerdo, la nostalgia, la adrenalina, el sopor, la duda. en cuanto doblo la esquina la percepcion cambia, y con ella mi entusiasmo para con el mañana que no llega tan rápido como lo esperaba... pero que igual parece estar ahi, acechando, preparado para ahogarme. del resto. del okey que prodigamos sin mirar a los ojos, de la conducta anticonceptiva del día a día, del cachetazo, del buchon del facebuk, de lo no dicho, del adiós. de todo. de la cueva, del rancho, del hormiguero. lluvia con tres eles, solo por no dar más. brindo por no verte más.

viernes, 15 de enero de 2010

tiempo

encuentro el sol, y con él los efectos colaterales de no dejarse llevar. esquivo la pregunta e intento ocultar en mi mirada la sinceridad que buscas. a lo largo del paseo, creí que podía ser tarde y empece a buscar como loca una salida que nos lleve directo a casa.
otra vez, resuenan en mi cabeza los ecos de lo que no debí escuchar... quizas para seguir con el despegue.
volvi, como todos los fines de semana, a correr hasta que me dolieran los pies. te deje hablando solo para que te canses de escucharte. que dificil ego-interpretar, sin lecciones para vos, todas para mi... de a poco se escuchan los gritos a lo lejos... que dira el quien dirá.

jueves, 7 de enero de 2010

amar demasiado duele.
no es posible que las dos personas se amen de la misma manera.
.¿Se puede volver atrás?

a traves ada

"Hace tanto que es lo mismo"
Atravesada... o atravesando. Atravesar la experiencia de querer dejarlo todo a mitad de camino. De involucrar cosas que no son, de mezclar las partes, de rememorar situaciones y gente y sensaciones que hasta se inventan en la memoria de lo estúpido de mentirse. Me hiciste sentir todo lo que no es tan fácil lograr. Entre lo mejor y lo peor de mi. Things we said today. Las cosas que no sabes si podes decir mañana. El verano más ajeno a lo que siempre fue la estación de la luz del día. El eterno remover para no llegar a sedimentar nunca. La perdida de la atención por el fin, porque el camino se hace arduo y molesto, y los mosquitos me absorben las ganas de seguir. Una birra bien fría para está mesa de mi soledad y yo discutiendo su reconciliación.

miércoles, 6 de enero de 2010

Reyes

Entre reyes de otros tiempos despierto en enero con un fresco otoñal que me incita a la meloncolía. Time out of mind le llama Dylan a su álbum número treinta, y es él a quien escucho- entre otros reyes, que me susurran al oído. Amanezco en un barrio con recuerdos de otros tiempos, con un sueño borroso que me hizo doler, porque aún se me contrae el pecho. Bajo las escaleras hacia casa, y voy desglosando esa película que se proyecto en mi inconciente. La necesidad de complacerte para recibir una mirada, todo el resto sabe que es absurdo. Pluf, despierto frente a la iglesia de flores y tras persignarme intento convencerme de que no hay amores enfermizos. Pero en cuanto lo intento veo la procesión en las escaleras de la iglesia (y aunque esté hablando de mi dios) detesto la obsesión que se nos provoca: empezando por la religiosidad. Un cuarto de pensamiento adecuado, silencio, digo mi intuición a mis adentros: cómo intente hacer con vos todo lo que necesitaba para mi, y cómo deshice todo lo que intentaste. Las obsesiones dejan marcas menos memorables que el amor.


No puedo seguir pensando que de ser madre se acaba mi carrera, o que de ser artista se acaba mi maternidad. Y no hay punto medio en esto. Hablo por mi, voy a contar la historia que desee y eso será película, voy a tener un hijo cuando mi Dios lo quiera y eso me convertirá en madre.

martes, 5 de enero de 2010

muy buena piel: tersa, vidriada, un puñal.

no debí decirlo. sabía que no iba a resolverse con un par de gritos y patadas. las miradas de antaño, los compromisos a corto plazo cuando venían a mi mente, me hacían vomitar. cada vez que me llamaba me sentía bien, pero a la vez, mi cabeza entendía cada vez menos... la incongruencia de su corazon. -y ni hablar de la tolerancia. la ciclotimia ahogaba todos mis intentos por pasar el tiempo, eran necesarios más que diez minutos para que se me pasara el estado de emoción violenta. no habia nada como oir su voz, escuchar el pedido de auxilio, confirmar una y otra vez que conmigo era distinto y que aunque a mi no me alcanzaba, a él, lo dejaba en paz. -lo que no te mata te hace más fuerte, lo que no te deja dormir te inspira. el huevo o la gallina, y yo ya me harté de toda clase de explicaciones, justificaciones, meollos, quids, fucking complicaciones para una mente que es tan simple que no se encuentra a si misma. y prendí fuego my diary.

sábado, 2 de enero de 2010

Un solo lugar, muy chico para dos. Tres minutos. M. le preguntó, sin vueltas, que era lo que le pasaba. Ella titubeó. Hubiera preferido dejar todo como estaba, sin dar explicaciones. Había visto como cada situación se le iba de las manos. Había sentido que todo se desbordaba cada vez que exigía explicaciones donde no se las podían dar. Esta vez, se las pedían a ella. A tal punto ya no había vuelta atrás. Podía justificarse en su múltiple visión del mundo, hasta podía llegar a dar una excusa medianamente creíble. Pero la sinceridad, se reflejaba en su mirada… y era justamente por eso que le temía. No era el primero, pero sabía que era especial. Trató de esconderse, trató de usar las mismas palabras que usaba él… trató de no definir nada. El silencio guardaba lo que ninguno de los dos se animaba a decir, pero que era tan evidente para el resto. Siempre fue todo evidente para quienes no se juegan el pellejo. Él jugaba con el encendedor. Ella miraba fijo el vaso, huyendo de su mirada. Le dijo: que no le quería hacer daño; que lo quería seguir viendo; que no podía explicar; que no quería, en realidad, porque sabía que él no la iba a entender. Ella sufría, mucho más que él, siempre. No entendía porqué no podía ser como todos. Él sonrió, le dijo que entendía muy bien... que no la quería volver a ver, y se fue a su casa.

viernes, 1 de enero de 2010

Lo sabés-

Yo ya estuve donde vos estas ahora.

Levante la misma copa;
sonreí ante el cálido abrazo conocido y afectuoso;
me acurruqué hasta que el ruido pasó;
grité hasta quedarme sin aire.

Los sueños se me fueron escurriendo entre los dedos hasta que me olvidé de ellos.
Unos pocos meses sin hablar y perdí la voz.

Yo ya pasé por todo eso.
A mi nadie me va a decir lo que yo viví.
Yo conozco mi historia y se que es mucho peor que la tuya.
.

Cuando había buen clima, siempre la esperaba. Sentada en la vereda, sin mirar nada ni a nadie, con la mirada clavada al frente, en el portón de Estela. Ella llegaba y me contaba todo lo que le había pasado hasta llegar a mi casa. Siempre su historia era mucho peor. Todos lo sabíamos.