viernes, 25 de abril de 2008

En el fallido de tu actos, alejados a la realidad leo el extrañamiento que me separa del pensamiento seguro, digo seguro pues es en él donde me resguardo. Take me to the place that you go. Poner la vida en manos de cualquiera. Si no hubiese sido Perón, hubiese llegado otro hombre a quien el pueblo hubiese confiado la revolución. En Cuba el cambio a nivel político y cultural. Acá, un par de pibes con pelota de trapo, se juntan en los cineclub, y pretenden contar lo que pasa, lo que ven pasar y nadie cuenta. Ella no le cuenta lo que ve en él. Me dejo enojar por algo que no dijiste, y no cabe en mi cabeza la posibilidad del salto en largo. Para eso hay que replantearse tantas cosas. Es un eterno discutir conmigo. No saber por dónde empezar a buscar las soluciones. Protocolo y ceremonial. Todo un mero circo a realizar. Cierto tacto, que he concluido que algunos no les da la experiencia.

miércoles, 16 de abril de 2008

linealidad trucada

Manejando. El auto no pasaba los 83 km/h. No soportaba más el peso de la frustración. La necesidad de la aprobación. Entiendo que te pasaron quince años encima, pero la ansiedad me mata, me deprime, me enloquece. Mezcla de envidia (no creo que pueda ser sana nunca) y admiración, tenes ese perfil que aunque llamen los feos egocéntrico, lo siento manso. Se que la libertad no es estar desatado de responsabilidades, la libertad es el estado que tu mente trasmite a tu cuerpo. Me lo dijiste vos, me lo habían dicho otros. Pero de repente, todo tipo de sonido onomatopéyico delante mio. Miles de pedazos de cosas que no podría describir, colores, texturas se vienen encima del vidrio. Volanteo a la derecha, con poco espacio para seguir y freno casi en el borde vertigonoso de la caída de la autopista. No puedo mirar a la izquierda, no quiero mirar. Soy mansa, soy libre, todo lo demás quedó atrás en el semáforo antes de subir a la Gral. Paz.

martes, 15 de abril de 2008

un viento fuerte

Se arrima, necesito que se apure. Me arden las llagas de la mano, de estar sujetada al respaldo de la cama, tratando de no volarme. El logro de la síntesis después de las tesis. El rejunte del espacio que es todo, que es distinto, que no es la postal. No es el chiche nuevo ni el cliché. Entre tu amarillo, no está la deficencia ni la inutilidad. Me avalanzo para llegar. No filtro. Tus ojos se agrandan ante los míos. Dejo de nombrarme y desaparezco. De repente, te pierdo. Te encerraron. Busco un par de zapatos a medida para caminar mejor. Dos horas callada. Ni te sientes. Las palabras al oído: encuadrar y enfocar es todo. Se hace la luz. No te caí del cielo. Un capítulo y medio al interés perdido por el mundo.

lunes, 14 de abril de 2008

azul profundo

la mirada iluminada por un rayo de luz que se filtra por la persiana semibaja de la sala. Veo el reflejo sobre el monitor, ese que me muestra la vacía realidad de tu vida.
El domingo vuelve al lunes y la semana de nuevo a su rumbo.. ese que no es esperar de nuevo al viernes.
De manera que todo lo que pude inventar, lo que pude haber pensado de vos se estanca, cuando me doy cuenta qué tan diferentes son nuestras vidas. Y es ahí cuando decido mi sentido, cuando elijo de nuevo, cuando te aparto de mi.

merde

Un texto romántico de esos que te esperan en la biblioteca cuando la sal no endulza más.
El desgaste físico. Horas de intervención mental entre escrito y escrito, entre charlas de café, entre trabajo y amistad entremezcladas.
Un aparato sentimental, una máquina de producir ideas fantasiosas.
Un idem en alguna parte y silencio del otro lado.
Trenes que a altas horas de la noche llevan personas autómatas. Y mi cara de pobre angelito. EL maquillage que no borra huellas y el pelo que por suerte cubre al cerebro. De más está hablar, de más esta narrar la historia que paso cuando la liviandad no es magia.
Y como no entendiste nada me hago la boluda pero todavia no quiero dejarte atrás. Entonces me armo de fuerzas y lucho contra mi sentido que un dia se aclara y al otro se anochese y trato de parecerme un poco a esa devota que al fin y al cabo nunca dejó de sonreír, porque sabía, que en el fondo, la verdad salta a la luz.. y por más ciegos que estemos, nos toca el hombro y nos da vuelta todo.

jueves, 10 de abril de 2008

de perfil o de frente

se me representa la idea y en un abrir y cerrar de ojos ya se encuentra perfeccionada.
sentarme a escribir, en un banco de la Estación de Trenes.
Lluvia de ideas. hace cuanto quería hacerlo, creo que desde que empecé a pisar la Capital Federal. Como de costumbre, las experiencias autoprovocadas no dan tanto placer. Como si uno estuviera forzando la situación, armando una escena ficticia, sin contenido, que es solo apariencia.
Y así, entre besos ajenos y soledades que vuelven a sus hogares en una noche oscura y calurosa me senté frente a las vías, por primera vez, esta primera vez no a esperar. Y entonces voilà. Tantas veces acá sentada esperando tantas cosas que no se perfeccionaban en la imaginación. Y el sentimiento es tan distinto, tan reconfortante y a la vez tan avismal... como una lluvia helada pegando contra la cara y derritiendo el miedo al agua.. casi por contraposición.
Como el amor, supongo... y el miedo al amor que solo se quita amando.

lunes, 7 de abril de 2008

con el aislamiento se decontruye una realidad

faltaba que alguien dijera esa palabra para que de pronto todo se torne irremediable. Las imagenes mentales adquirían un calor... como un fuego que despertaba el recuerdo. Sin tener más que entregar en el día del vencimiento, corrí por las calles evitando el rumbo conocido. La página de las poesías quedaba en su agonía, con un montón de alfileres que me recordaban por donde había lastimado, en que orden de eventos me había tropezado y resvalado con mis propias lágrimas.
Dejé atrás las sorpresas. Anduve sorteando sonrisas pero ninguna fue devuelta ni con un gracias. Y mi corazón se fue apagando hasta volver a andar a oscuras, donde las sombras no son los objetos pero al mismo tiempo no daña la luz del sol.
Es claro que no soy una persona de existencia ideal. pero la queja tiene un gusto amargo, y mi alma prefiere callar.

miércoles, 2 de abril de 2008

Dedicado

Llegaba yo a casa cansada. Vivo en un edificio en Devoto. Un edificio chiquito, pero pintoresco. Hacia frío ese Abril, y yo que soy friolenta llevaba todo encima cual cebolla. Me cruce con Cesár mi vecino que vive en el 2 "c", dos pisos más abajo que yo, que vivo en el 4 "c". César es un tipo, digamos raro, alto, pelo oscuro, siempre lleva un piloto puesto y sus manos en el bolsillo, como guardando el misterio de su ser. A mi siempre me pareció agradable. Es más creo haber sido la única vecina con la que se trataba. Siempre me preguntaba acerca de mí, y yo hablaba. Quizás me caía bien porque lo usaba de terapia. Ese martes a la noche, nos cruzamos subiendo al ascensor. Lo noté serio. Me comentó que se tenía que mudar de su madre, que estaba grave. Que iba a extrañar mucho el edificio, no entendía yo mucho porqué, porque nunca estaba el en su casa, lo usaba de hotel practicamente. Rápido llegamos al segundo, se bajo y cerrando la puerta me dijo que igual esperaba despedirse mejor de mí. Cerró, y entre las rejas lo vi con la cabeza gacha, y algo melancólico, quien me iba a decir a mi. Llegué al cuarto piso preocupada, pero enseguida entre en casa cansada y con hambre que me olvidé de César. A los veinte minutos me llamó César me pidió por favor que me acerque un minuto a su departamento que me quería dar algo antes de irse. Estaba llorando o al menos tenía la voz entrecortada. Me dijo que dejaba la puerta sin llave así yo pasaba directo mientras el empacaba. Me cambie (ya me había sacado la ropa de trabajo) me abrigue y baje al segundo por escalera, porque me daba pánico el ascensor por la noche si lo tomaba sola. Llegue la puerta estaba entornada tal me había avisado. Entre y la cerré. Camine por el pasillo y escuche la voz de César que me decía, Deborah pasa estoy en el cuarto. Me dirigí hacia la habitación, las cajas rodeaban todo el departamento de César que bastante sucio estaba. Entre a la habitación estaba en cama tapado. Me pidió me siente en un silloncinto que tenía ahí, que me quería decir algo. Mientras me senté, se destapó, tenía el pantalón bajo y su la mano derecha en su pene. Masturbándose empezó a decirme los deseos que tenía conmigo, las fantasías que lo habían torturado en esos cinco años, el dolor de mantenerse en secreto. Me quedé sentada en el sillón, no tenía necesidad de huir, tampoco se si hubiese sido lo más seguro querer escaparme. Dejé que acabe. Hasta debo admitir que no me desagradaba para nada la situación, por el contrario, hasta llegó a provocarme algún deseo rápidamente reprimido. Una vez que ya se había corrido su leche bajo la manía del deseo conmigo, me levanté y deseándole lo mejor salí de del cuarto. Me fui lentamente hacia la puerta del departamento. Desde allí escuché el gracias, sincero, de César, que había calmado su sed. Y salí, salí callada sin pensar en nada más que en irme a dormir sin comer.

martes, 1 de abril de 2008

abarcar el cielo

Un sueño de perros fámelicos, nos morimos preguntando qué somos. Me ahogo. Despiertenme por que me ahogo y no reacciono. La sangre sale del cuerpo, el auditorio se llena de aplausos. El grito hecho a base del conocimiento. Picasso se vuelve niño de viejo. Cuántos años más esperando. Cabar el suelo seco, y no hay petróleo que valga. Intentar abarcar lo inabarcable.