domingo, 18 de octubre de 2009

Me ahogo. Tengo la nariz atrofiada y la boca no puede adquirir aire, y no tengo problemas fisiológicos, sino un pensamiento atravesado en el cerebro, que me dejaste ayer. Te escuché y sentí escuchar las historias que muchas veces contamos, desde distintos lugares, desde diversos roles, desde viejos años. La nostalgia que da bronca a veces, y otras deja un gusto a mierda que tengo que dejar de escribir para vomitar.

Releo un texto que explica la soñolienta recepción de uno para él que yo emitía un poco de amor. Ayer me explicaste que no era más que los deseos proyectados en alguien que cuajase perfecto con el target. Yo hubiese dicho de mi propia psiccótica manera de expresar amor, que se parecía a la ondas de una radio emitidas para el alcance del que la enganche por el dial. Las ganas no siempre deben llegar al éxito de convertirse en realidad, porque ese éxito es más el fracaso adelantado de lo que va a ser un futuro llanto sin lágrimas.

1 comentario:

ester dijo...

snif.





me siento mucho mas identificada ahora.

te adorooo