Cualquier semejanza es mera coincidencia.
- Entré al aula.
Se metió en la jaula.
- Él no me vió.
Él se hizo el boludo.
- Me senté, con un dolor de estómago.
A ella nunca le gusta nada, tiene hambre.
- Me comía las uñas, de los nervios porque me viera.
Los puchos no se comen, por suerte las uñas sí.
- Cuando salí, él se había ido, no me vió.
Huyó, es un nene cagón.
- Se paró en la puerta a buscarme.
Ella lo atrae. Si no la tiene la extraña.
- No pude con mi genio y me acerqué.
Es mío, no se lo dejo a nadie.
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