viernes, 26 de noviembre de 2010
Salí. Salí a andar con un vestido fresco. Pero me olvidé la cartera y tuve que volver a encerrarme. En la mesa del comedor, ahí sentada, estaba yo, esperándome, con un discurso eterno, lista para decirme todo. -Sos una caprichosa eterna.- me dije. Empezaron los reproches, las idas y vueltas, lo que haces y dejas de hacer. Un poco de mierdas sobre la mesa, entre un pucho y un mate. Que horrible verme duplicada. Una tenía 50 años y la otra 15, y ninguna sabía donde estaba parada. ¿Es necesario imaginarse cómo va a ser todo en la vida? Una amiga me diría - Claramente, no.
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1 comentario:
clara-mente. (L)
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