martes, 23 de noviembre de 2010

elektra

Amo usar las medias de mi padre. Las de los trajes. Son finitas pero no son calurosas, y me dan un aire de no se qué porque son suyas. Amo a mi padre. Se levanta los fines de semana para desayunar conmigo, porque me voy temprano. Y me da charla. Mi hermano llega para acostarse y yo me voy. Y mi madre y mi padre quedan en casa. Yo estoy furiosa de sueño y con pocas pulgas, pero él me habla a esas horas de la mañana, y me cuenta cosas que escuchó en la radio, o de la nueva tecnología que se usa en algún país primer mundista, o de la moda que se viene. Mamá le dice que es licenciado en todo, porque siempre dice saber de todo, y nos reímos. Ya no tiene la espalda erguida como antes, ni lo veo alto, y el pelo está la mitad canoso. Pero amo profundamente a mi padre.

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