Entonces tengo que escribir todo para no olvidarmelo, para que no se me borre, o para que dos años después vuelva ahí y diga: "lo sabía desde el primer día y no lo quise ver".
Empiezo así, tengo mucho para contar, pero en horas vividas es poco.
Te conocí esfervecente. Con todo para dar. Yo tenía todo para perder. Sobre todo a mi, no me importaba un cuerno la vida. Me generaste rechazo, y te terminé pidiendo que te vayas conmigo. Incongruencia, en Viena hubiesen dicho histeria.
Un tiempo perdidos, entre amores no correspondidos y homosexuales.
Porque nada tiene que ver con nada, ni mi zapatos con mi cara. Porque las zapatillas de señora que limpia me quedan mejor ante mis amigas, pero con vos no, porque no me dejas jugarte a la mucama.
Me desoriente, vuelvo.
Un reencuentro planeado pero sorpresivo, y la sospecha de que se puede florecer de nuevo. Pero todo se desbarranca cuando me ganan las ansiedades. O peor aun es la conclusión de creer en boicot. Se que sos un peligro, que yo con vos soy un peligro, que vos conmigo sos aun peor, y así todo elijo el camino de ida, pero preparandome para que me eches, porque no se decir que no.
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