que pensará el tipo de aca al lado, mirando el mar desde que llegué. ya se habia tomado el cafe cuando me sente, y es mas, habia pagado la cuenta. sin embargo, la vista fija en el horizonte, el seño fruncido, sin decir ni a. lo mire un largo rato, buscando cruzar la mirada y lanzarme a una conversación casual, quizas solo para contarle el porque de mi estadía en la villa, y que habia descubierto que mis antepasados habian sido pescadores de este mismo mar que le absorvia la mirada. y a quien no, con ese azul profundo. y mi marea, sigue bajando.
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