sábado, 29 de enero de 2011

te veo verde

al final era mucho mas facil de lo que pensaba. unas tres o cuatro tazas de té hasta empezar a sentir que mi cabeza se va amoldando a la almohada (y no la almohada a mi cabeza). porque este té, por la noche, cuando no logro el sueño y estoy sola en el silencio de esta casa, me da la sensación de entender que es lo que me aterraba tanto. y no es precisamente el silencio. pero resulta, que cuando creo empezar a darme cuenta, me transformo en cien porciento coton y estoy tan suave y agradable que me quedo complace mi mente así como esta, y me agarra un ataque de egocentrismo, y entonces ahí nada mas me aterra porque, claramente, me quedé dormida.

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