miércoles, 5 de enero de 2011

el diario no intimo de una piba

No es tan fácil estar sola en la cocina, tirada en el suelo. Por suerte estoy tomando mate. Son las siete de la mañana en la ciudad de París, y el frío me congela la cara. Ayer soñé con todos mis muertos, y hoy también, y seguro me pase mañana de nuevo. En el sueño me cuidan, y así los hago presente. Cuando los miro en fotos, pienso, una vez más, en lo que le pasó a Barthes con la foto de su madre."La fotografía (...) repite mecánicamente lo que nunca más podrá repetirse existencialmente." Así es. En mi cabeza se repiten los recuerdos. Cierro los ojos y estoy con mi hermano, cantando, en mi auto, riendo como dos locos felices. Sólo en mi cabeza.
Ayer con Ester, terminamos en el depósito de trenes, y un chino nos aviso que no pasaba nada. Ester puso cara de susto y después descubrió que teníamos una anécdota más. Me hace feliz verla tan radiante (como Nueva York, ja).
Es la primera vez que escribo como si tuviese un diario íntimo. No recuerdo haberlo hecho antes. Cuando tenia 7 años, tenía un diario íntimo, y si estaba de vacaciones le contaba que hacia, quienes eran mis nuevos amigos, cuantos tickets había ganado en las maquinitas y porque juguete nuevo pensaba cambiarlos.
Y vamos dejando París. No creo que vuelva a esta ciudad. Espero haberla visto lo suficiente para recordarla, no importa Celu sacó 2050 fotos, en lo que va hasta hoy. Arrivederci...

1 comentario:

Anónimo dijo...

o au reovir?