El calor se mostraba furioso. Lo agotamos con la bebida helada. La charla se puso contundente y nos reímos a carcajadas. retomamos viejas historias, pusimos al día algunas otras. El amor y el sexo no se dejaron de lado. Ninguno parecía descolocado. El ambiente que al principio se nos hacía ajeno se nos volvió rápidamente ameno y contamos con miradas cómplices que resolvieron algunas palabras desencajadas. Todos montados en un juego de quien es quien. Quienes eramos con quienes somos. Y una suerte de Rayuela que nos traía del cielo al suelo. sin escalas sin rencores sin revuelo. Países lejanos con posturas opuestas dejaron debate y respuestas abiertas. Y un deseo de futuro imperfecto, sin plumas con acompañamiento.
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