martes, 10 de marzo de 2009

Por lo bajo me dijiste al oído, -Ya faltan quince minutos-. Yo llevaba un vestido azul estampado con rosas y un cuello blanco puntilloso. Un vestido que mi madre me hacía usar cuando tenía cinco años. Estaba sentada en un banco de iglesia, un banco de aquella a la que mi abuela me llevaba a escuchar la misa los domingos junto a mi prima. Pasábamos la hora de ceremonia vigilando el segundero del reloj de mano que llevaba mi abuela, pensando únicamente en el pedido que realizaríamos en la casa de comidas rápidas. Pero no era ni mi abuela, ni mi prima la que me advertía del tiempo restante. Me desperté, molesta por los mosquitos, que donde me halle me absorben la sangre, viéndote te recordé a mi lado en el banco de Iglesia advirtiéndome la hora. Vestido de traje negro y camisa blanca, todo un señor junto a la nena de vestido azul.

1 comentario:

Matías Orta dijo...

Listo, ya te agregué a mi lista de blogs.

M

Pd: Groso Cortázar, ¿no? Yo fui a la misma escuela primaria que él, en Banfield.