sábado, 21 de marzo de 2009
Creyo que se había olvidado. Quizás creyo que no eran cosas que él notara. Theo le saco una foto antes de irse. Él llevaba abrigo, se acercaba el frío de Mayo, y Cata yacía desnuda en la cama. No esperaba nada más. Un llamado de Clara la despierta cerca del mediodía. Entre llanto comprende algo así como las dudas que caían en su cabeza, una noche mágica contra la relación profundamente obligada que Clara se había construido, no funcionaba. Un knock out le genera la magia a todo lo que se le presente. Un saco de lana crudo, unas botas marrones, un jean oscuro y grueso, la caminata extensa entre las hojas caídas que recubren plaza flores para que Clara se delate con palabras que siempre uso para trampearse. La palabra hostil que le genero reticencia la pone en dudas, y decide llorar. Entre la dependencia y la comunidad hay un abismo.
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