Dos cuadras corriendo para no llegar tarde. Todos los días la misma historia. Siempre andando hacia adelante porque lo anterior, no vale volver a mirarlo. Y ahí, a la vuelta de la esquina de Callao por Santa Fe, casi a la hora pico de un viernes cualquiera, un poco gris para la primavera Cata se choca de frente a Theo, después de cuatro meses. La tormenta se aproxima, Buenos Aires se viste de negro. Un poco de excentridades baratas. ¿Todo bien? Eso es lo que se pregunta la gente cuando no quiere escuchar más. Cata huele la lluvia que está por llegar. Como si nada Theo se deschaba con la noticia. -Voy a ser papá. Sin paraguas y en pleno Bueno Aires, Cata sólo piensa en que se inunde todo y poder ahogarse.
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