Atragantadas las palabras en mi garganta, brincan intentando salpicarse por mi boca. Los ideales contrapuestos que me hacen ser una, la misma que delira mientras cría hijos no- natos. La que no tiene certezas, sólo no ses, es también la que pulveriza seguridades desde sus labios. No soy Jorge Luis que se desdobla entre el soberbio y el sencillo, me defino como la bisagra entre la inconsciencia y la responsabilidad. Buscando los aristotélicos puntos medios en la vida, siempre quedo a mitad de camino. En mi, Rosella, dos medios.
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