Desde la cama y con los ojos cerrados. La manta no cubre los pies y ese es el radio de la realidad: el frio. Supuse que no me escucharias gritar. Lo dije claramente con todas mis fuerzas, mismo si me daba vergüenza. Lo dije luego, bajito, como un suspiro, rendida. Llegada la hora, dispuesta a actuar. Bajo la vista para no sonrojarme. Por cuanto me dejo amar.
Abriendo la ducha, de reojo vi mi pelo enmarañado. Odio bañarme de mañana pero el salto creativo no llega cuando se lo espera dormida.
Caigo y bajo las escaleras de la estación. Corriendo como si llegara tarde, luchando con un vestido que no me hace mas linda. Basta de actuar. Desparramo promesas y dejo que me cataloguen mal. Soy un libro en la gondola de los dulces. Empieza por notarse en mis ojos que estoy dispuesta. Pero el mal humor que no es ciclo y la redacción en tercera persona no me hubieran delatado.
Vamos de nuevo. Claro que estoy dispuesta. Vuelvo a mirar hacia delante y acepto hablar con sinceridad. No tengo excusas que puedan ofenderte, sigo siendo lo naïve que creiste cuando me viste por primera vez. Ahora suena el reloj cada vez que pienso en vos.
La logica viene despues de la excepcion. Si convencerte fuera mas sencillo... apagaría la alarma y dormiría con vos.
1 comentario:
"...si le dieras otra chance a nuestro amor, yo te daría ahora todo mi corazón..."
ya no más mar de lágrimas Marta!
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