viernes, 26 de agosto de 2011

no lo use.

te escribo,

como lo pediste,

tan solo para que me leas.

porque quizas aca,

y quizas alla,

con la misma temperatura que revolotea en el ambiente,

pudiste entender que las maximas tienen su cuota de razon y que lo intransigente se parte en mil pedazos,

siempre...

hoy no hay poesía en mi voz,

solo una pequeña historia robada.

tomada de un disco zen,

de un amor budista,

de una perpleja sonrisa que espera en el palier de un edificio.

retomando viejos anhelos,

un par de textos que no escribi (no era yo la que pasaba horas insomnes poniendole rima a esas letras)

desorbitandonos

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