lunes, 4 de mayo de 2009

amarillo

Difícil dormir lejos tuyo en el otoño. Las caras que dibujo me miran, y yo me oculto con la misma mano, que las hizo existir. Que difícil es dormir en tu cama cuando te giras para el otro lado, y hace frío, y no me das los mimos que me duermen. Las hojas del paisaje que dibujo se mueven como si mi respiración fuese el viento que las agita. Que difícil no extrañarte entre tarde y tarde. Las palabras de amigos que se marchitan en otoño como el árbol de mi vereda. Me da pena.

2 comentarios:

Vs dijo...

Acordate que todo lo que marchita en otoño vuelve a nacer en primavera.
Y asi renace en mi, lo que te llevaste al dejarme, cada vez que pasas por mi puerta.

(delirio febril)

Alejandro dijo...

Volvio Rosaura!
Otra vez me encantan tus párrafos
No me digas que estas pagando esta belleza recobrada con tristezas? Es el precio inevitable.