Dos copas de vino tinto, mientras Cata mira por el balcón.
Cuando no es el momento oportuno.
No hay sillas para nadie, todo el piso es apto para tomar asiento.
Felipe no tiene ni idea que sucede en ese cuarto.
Cuando lo que invade es lo que sigue y no lo que pasa.
Los saludos amenos. La aclaración: no descuidar lo otro, que no es lo mismo que cuidarlo.
Unos gritos de gloria, aleluya desde al lado. Se ríen de todo, y no se alegran de nada.
La tristeza de no ser el uno para el otro.
- Gracias!- Vos sabes bien lo que haces.
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