Se caen las plumas de mis alas. Siento un miedo profundo de ya no poder volar. Me escondo en mi misma, en mi cotidianeidad. Lejos del viento, lejos del aire. Para que no me consuma la envidia. Cambio mi identidad. Me arrastro en el suelo y en la oscuridad de la noche. El paisaje, es tan triste. Las luces son falsas. Me adapto fácil, a andar sin luz. Tanto que hasta mis ojos se transforman.
Ya no tolero el día, solo veo la noche y sus matices de soledad. Y primero con una careta, se me notaba la luz, aunque ya escasa, en mi sonrisa inquieta. Me fui mimetizando, oscureciendo, que hasta sonreír me significaba un gran esfuerzo. , Yo no sé quién soy. Me olvidé de que alguna vez volé tan alto, lo creí un sueño, un sueño poco recurrente con el tiempo. El tiempo me fue matando. Por una sola pluma, me creí incompleta y deje que se cayeran las otras. Quería volver a ser lo que era, pero no tenia idea cómo hacerlo.
Jugué con mis versiones, tanto, que me acostumbre a ellas. Perdí mi yo, y me contente con simples imitaciones de distintas personalidades que alguna vez quise ser- Y mientras vagaba una noche como tantas, me vi reflejada en un espejo real. Me ví demasiado simple, tan simple y tan sola, perdida, y entonces triste. Triste y falsa. Falsedad de disimular tristeza. Mentira de llenar vacios, vacios que duelen de lo profundo que llegaron. Sonrisas vacías. Lagrima escondida. Carcajadas actuadas. Un show. Un show cómico de mí. Con muy poco sentido del humor,. Me vi rodeada de gente, que me tenía una mezcla de odio y admiración. Algo parecido al miedo, y también lastima. Las caras se transformaban. Empecé a correr.
Corrí y corrí. Tanto, que al sentir el viento en mi piel, volví a sonreír. Entonces me acordé que alguna vez volé, y tan alto. Creyéndome ya curada abrí mis brazos en el viento y salté al vacio. Pero mis no alas chocaron con la realidad. Y con el suelo mismo. Lloré. El dolor se apoderaba de toda mi mente y de mi cuerpo. Un dolor que se burlaba de mi ingenuidad. Un dolor que se reía de mi. Lloré sin consuelo. Lloré todos mis llantos guardados, Lloré por lo que alguna vez fui, por lo que ya no era.
Se hizo de día. La luz lastimó mis ojos, pero me obligue a ver. Casi ciega fui arrastrándome en el día. Era una imagen lamentable. Un intento banal de pureza. Otra vez actuada. Otra vez fingida, pero ya no me funcionaba. Me estaba por ir a esconder cuando algo suave encontró mis manos. Mis ojos apenas podían distinguir y creer lo que veían: era un pluma.
Hoy. Si me preguntan que soy, aún no lo sé. A veces mis ojos se resisten al día, y me veo obligada a arrastrarme en la oscuridad. Otras veces mi alma esta tranquila, mis ojos se aclaran y puedo caminar despacio en la luz del día. Soy indefinida. Pero soy. Ahora al menos tengo una idea más clara de mí. No vuelo, y me falta mucho para hacerlo. Pero estoy buscando plumas,sin parar.
4 comentarios:
HERMOSO TEXTO... BIEN, EUGENIA, ME HIZO PENSAR...GRACIAS!
me sentí levantando las hojas que a los arboles se les caen en otoño e intentando pegarlas de nuevo al árbol. Como si lo que a la vista se arregla....
abrazo para ambas
:)
volas tan adentro!
te adoro
Las ideas llegan como mariposas.
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