esperé a que todo se silenciara para poder escuchar de verdad. Esta vez quería ir un poco más profundo. Queria que las palabras no sonaran solamente bien combinadas. Queria que el papel no fuera tan solo mi eterno borrador...
Desde la construcción de mi pensamiento a-matematico, me di cuenta que en realidad podia escribir lineas enteras, pero sin decir nada. Invente un ejercicio, un juego mental que me obligaba a hacer silencio, o, mejor, a prolongar la barra espaciadora hasta que algo aparezca entre las hojas en blanco.
"entre el blanco y el negro, yo me tiro por el negro", dije. Y asi, manchas kilometricas de negro tiñeron mi imagen con lo que trate de aprender en estos años. conjugar Un contrasentido en lo mas intimo.
Sin un otro al que marear, sin un interprete soñado, en algun lugar lejano. Un interprete omnisciente, que pudiera entender lo que en realidad quiero decir sin decirlo, o lo que no quiero decir pero digo y por que. un hombre-dios que la vida supo enseñarme que juega con mi yo, a construir una mujer que no soy, pero que pretende que sea para que este a la latura de sus anhelos.
Y asi lo freak que siempre fui tiene sentido. empujando los malentendidos a los que me escuchan al razonamiento ajeno, que no comprende lo que hay en mi porque fuera de mi no hay nada.
Si ahora trato de descomponer mi texto, decodificar el mensaje, que no sea escueto y vago como un borrador, me descompongo.
Escribo en lapiz, por las dudas.
Creyendo que alguna vez querre borrar.
y no admito que me gusta el negro y como las lineas se dibujan tras mi puño.
"todo muy lindo, estoy de acuerdo, pero no me contestas lo que te pregunte".
1 comentario:
las palabras de ÉL que enseña, por no decir las del maestro, resuenan y en el eco estallan las cabezas, más de una, las que llevamos puestas...
Publicar un comentario