En la oscuridad del asfalto, mi vientre; el brillo de las luces, tus ojos; la sensación de haber errado, disculpas; la sed insaciable, mordidas; un poco de jugo y juego, llanto. Entre la vertiente del logos y el pathos, cuando mi equilibrio es impulso- cuanto vertiginio causa, que irritante ver el mundo desde tus pies. Si no es un disco es un sueño eterno, te beso desmayado. Las gotas de tus ojos no me miran. Te fumo, y oigo tus respiros desgastados. Escucho tu razón desolada, ya no me enriedo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario