martes, 17 de julio de 2007

comunicacion mental

Le dije a Karen que sabía lo que estaba tratando de hacer. Ella, la de los trajes entallados, sonrisa falsa y mirada distante, bajó las escaleras hasta el hall gritando, neurótica, hasta que una vez abajo, con sus manos sobre la cintura, mirandome fijo desde abajo me gritó: "No tenés idea!"
Es claro que no tenía idea. De porqué reaccionó así, en primer lugar. Tantas veces hablamos de lo que sería mejor para el futuro, para ella y los chicos.
La llamé a la nochecita a su departamento de Calvo para ver si queria que cenaramos juntos. No contesto a mis dos primeros llamados y al tercero respondió con un frío "qué querés?".
"Cenar", le dije.
"Para eso no me necesitas, ah?"
"No, bueno, entonces si no queres no" y corté.
Me fui de viaje, en última instancia era su decisión. Sin embargo me molesta seguir pensando que ella hubiera preferido que en vez de llamarla toque a su puertay y la obligue a quererme así.

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