miércoles, 25 de mayo de 2011
Es que en tus ojos hay enredo, y trampa, y pones en mi boca mentiras. Porque no puedo evitarte, y me das la espalda, y te rodeo para mirarte de frente y me enroscas en una mirada pagana. Y caminamos por el pasillo de lo que va la vida, que es oscuro por momentos, y veo las caras de unos payasos malévolos, y me reconozco pintada en un cuadro medieval. Tus rasgos duros, pero varoniles me agotan, y me arden los ojos del esfuerzo que hago por enfocar, porque me quitas el eje y me atas a cosas para escaparte un rato. Me enfado conmigo, y me repito las palabras que sin sentido me vengo repitiendo hace meses, "no hay capricho que valga la pena". Y te vas, y te vas corriendo, pero volteas de tanto en tanto para que no me olvide de la fuerza de tu mirada, del poder que tenés sobre mi,
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