miércoles, 11 de mayo de 2011
dejarte ir. dejarme...
Cuando entiendas de que la viene esta historieta, vas a dar vuelta la página. Y ya la diste. Estás lejos ahora, y yo estoy sacándome de mi vida. Lo sé desde la primera vez que te vi. Yo a vos te vi. Estabas solo en el medio de una fiesta que no te toleraba, porque como siempre que estas de merca, estas hablando solo, y de vos. Yo también tenía ganas de hablar de mi, y conjugamos en una noche donde había demasiada gente sonriendo y nosotros no podíamos con el alma. Que hubiese sido de todo esto si me hubiese ido antes, si no hubiese encontrado la dirección de la fiesta, o si hubiese llegado tarde y vos te hubieses ido a ver a tu padre enfermo. Tarde, porque nada de eso se vuelve real aunque lo deseará, y yo desde ese día supe que tenía que correr lejos tuyo. Me queda tu cara perfectamente grabada en la memoria, los ojos que me buscan, pero no me miran, y me piden perdón por no poder saber llegar más allá. Y yo los miro profundo con mis ojos que prejuzgan. Tengo clara la historieta que te armas, la vida organizada para no amar, para no extrañar, para no depender, porque no se puede ser abandonado dos veces en la vida y no sufrir.
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