la carga emotiva de un café a orillas de un mar tan azul que molesta en la mirada. un atardecer en el día de los enamorados, con un eco que retumba entre ambas, con un interés común que perturba. las imagenes se van tejiendo en nuestras cabezas. con una lengua que no es la nuestra, nos expresamos, y nos entendemos tal vez solo con nuestras miradas. y allí había tanto para contemplar. unos meses de energia pasiva, de absorver y meditar, de soledad. de darme a conocer como soy yo. unos meses de redefinir conceptos, desde la práctica. tratemos de hablar con precision. despues, la turbulencia. un mundo que no para de bombardear mi cabeza, y también mi corazon, aunque algunos alegamos que ya no tenemos. un buen punto y aparte, el texto continúa, no puedo dejar de escribirlo. pero el rumbo cambió hace ya mucho tiempo. las experiencias son lo que hacen a la vida. una perspectiva mutis mutandi. el dolor nos enseña tanto. los momentos de luz brillan por su ausencia. y el motor de mi vida que hoy me aploma. la sensibilidad es una buena compañera. te cuento, te estoy extrañando. sabía que no ibas a durar para siempre. sabía que en algun momento esta ficcion debía terminar. y aunque a veces resulta mucho más divertido, nos sacamos las caretas y allí saludo a mi adolescencia con un fuerte abrazo de gol. sobre dos piernas estamos.
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