sábado, 3 de octubre de 2009

poner en hora nuestros relojes

a destiempo.
como si mi reloj no marcara mi propio pulso.
como si lo de afuera reconstruyera lo de adentro, en un feedback omnipresente.
tout le temps.
siempre se cae el pensamiento.
en mi hora, en mi kairós, un desierto permanente.
cada vez que te encuentro, caminando por ese campo de otro tiempo, me acuerdo de lo que me había llevado hasta ahí.
deseo, imagen, sonido de sueño.
una irrealidad que no tiene justificación.
la causa de la inconsecuencia.
que esta primero, vos o yo.
tener que elegir, o elegirte.
o esos temas que tenes que resolver vos sola.
y que iba a hacer ahí...
no siempre por vos, a veces por mi.
para que pueda ponerme en hora, al menos por un rato.

1 comentario:

Paula dijo...

ni siquiera tengo reloj que sincronizar. Ojalá un día ocurra el milagro de que el tiempo se detenga.. quizás entonces podamos volver a vernos. No quisiera cruzarte por la calle y no reconocerte.
Creo que queda claro que te extraño.