no me digas que no te avise. cuando quisiste salir gritando del cuarto en donde estabamos esperando que a alguien se le ocurra una estrategia. no me digas que no te dije que trates de calmarte cuando te contaron el por que de lo injusto, la desesperación y la angustia. no me digas, hoy que no tenes nada para decirme, que los laureles se lo lleva el que más patalea, y es entonces cuando nos quedamos solos. por locos.
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