Ellos son genios, divinos.- dice Cata justificándose, sabiendo que no tiene porque justificar nada. Mejor ni pensar desde cuándo y porqué los idolatra tanto, de cómo llegó ahí, y de quién le infundo el capricho. Recolectando cosas en la cartera toda la vida, para que funcione como el bolso del gato Félix.
Es difícil opacar el fantasma de Theo, en especial cuando todos se lo recuerdan. Cuando se le aparece en sueños, buscándola, pero cuando le va a decir que volvió a llevársela, en ese instante se vuelve otro, diferente ajeno al Theo de esos tiempos dorados.
Embotellamiento en Avenida Córdoba, no hay nadie pero está lleno de autos y es viernes a la noche, y Cata solo tiene que trabajar. - El fin de semana pasado nos fuimos todas, al interior. Bueno, no Cata no. Cata trabajó.- dicen
Y así se le van los días a Cata sin tener nada.
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