lunes, 13 de julio de 2009

No hay nada peor que el apego, que reforzar una presencia cuando uno cree ser el que abandona y en realidad ya lo han abandonado. (CIVALE, Cristina. Adiós América. Adiós, 9 maneras de decirlo. pág,225)

Y me di cuenta que había dejado más de una vez. Que me victimizaba con la idea de haber sido la pobre amante abandonada. Pero sólo había manipulado con capricho, con fastidios, con indiferencia, con enojo, había armado todos los rompecabezas para que se vayan. Para quedarme sola llorando al pie de la cama. Pensando en lo triste de sentirme defraudada. Una farsa maníaca por no poder dejar nunca nada ni a nadie. Por el miedo de perder, por cobardía o por la ilusión de un deus ex machina. Que pena no haberme sido fiel.

3 comentarios:

celé dijo...

trato de escribir algo de lo que me despierta. pero solo tengo justificaciones... para vos. para mi. El que pueda serse fiel, que lance la primera piedra

Vic dijo...

y todos llegamos a conclusiones parecidas en esta época del año.

matias N. Gallego dijo...

Ella fue victima de un corazón asustado a lo mejor el peor de todos y si tengo q decir ahí fui infiel,confundiendome y confundiendo, algo que tendría que haber sido lo contrario para dejarce llevar. Me arrepiento de no haberlo dicho antes, me puedo preocupar pero no arrepentirme de no sentir algo. Eso el lo que puedo compartir en este ocasional consultorio de la doctora rosella