se puso un tapado de piel en los pies de la cama para no tiritar. un resfrío le consumía los días. el día se inundaba de novelas brasileras y venezolanas. las noches eran heterogéneas. sin trabajar sin salir de casa. la señora que le limpia le hacía las compras. hacía una semana que venía así ya eran las 23:37. día viernes, la autopista que se ve desde lo de Renata lo refleja, muchos son los autos que se dirigen hacia la Capital. llega una voz del pasillo. una voz grave cantando desde el pasillo, pero en un tono bajo como si desease que nadie le escuche. Renata que siempre fue un oído biónico le detecto. no pudo ir contra su deseo, aunque con un poco de miedo, fue a ver por la mirilla de que se trataba. allí parado frente a su puerta estaba Alberto el portero de la empresa en la que trabaja Renata. dando vueltas sobre su eje con un chocolate en la mano.
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