lunes, 23 de junio de 2008

Here comes the dawn

Ciudad capital. La gente no deja de gritar lo mal que está.
Mujeres caminando me cuentan como ayer dormiste con Cintia.
Pobre tu madre tener que bancarla en su casa. A tu padre no le afecta
porque le encanta mirarla. Quiero salir a comprar ropa. Compulsión.
Pero los ciudadanos gritando me advierten, que no hay cash,
los precios inflados y yo que nunca guarde más de diez centavos.
Humo, en ciudad capital, que llega desde el sur, desde el norte, desde adentro mío.
Humo que afecta a la visbilidad por metros, que me nubla el cerebro.
Humo que no es del pastizal, que son el roce de todos mis pensamientos.
Cada vez que llegas, desconstruís mi mundo, veo todo a tus ojos, y caigo...
Llamo desesperada a coquita, y de unas a otras nos fuimos lejos.
Widows in the afternoon

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