viernes, 6 de junio de 2008

Matinal.

Desde la burbuja, el ícono resplandeciente, la sonrisa desfigurada, el ánimo cambiante.
Ahogó su nacimiento, la verdad revelada, el cúmulo de vida sin desparramo, pequeña, a la medida de un barril mediano de cerveza.
Lo siente debajo de sus pies. Empieza con un pequeño temblor, va subiendo por sus piernas, su cintura, torso hasat llegar a su cabeza. Y ahí lo blanco, lo perfecto, la nada que se contrapone y acumula realidad hasta que explota en mil colores.
Coherencia decía, quizas no tienen mis textos. Hacía ya varios años que el mundo reprochaba lo mismo. Hasta que el no entender paso a ser la gracia de los que aman la diferencia. Relajarse.. dejarse llevar. Hasta quedar atado, de manos y pies y allí cuando es hora de soltarse, buscar las herramientas para salirse de la irrealidad, de la realidad autoprobocada, del texto incoherente, del silencio y la no contestación. Esa es la clave de comprender todo, hasta lo que nos marea y no nos da ninguna solución.

1 comentario:

rosaura dijo...

es que la vista permite la mirada cara a cara, es el sentido que permite el vínculo, el oído solo recibe, en la mirada se nos van las almas