jueves, 8 de noviembre de 2012

y todo tan de repente


Clara no sonreía mucho el último tiempo, más bien gritaba. Cuanto más alto quería mirar, más dudas y prejuicios. Ya no estaba en la ciudad, aunque le faltaba muy poco para volver. Se subia a unos tacos más altos de lo habitual para verse transformada por paso del tiempo. Como era de esperarse Clara no sabía para donde tirar cuando todo estaba oscuro. Pero le daba igual ponerse a llorar en una calle desierta que correr por un puente para luego detenerse para reírse a carcajadas. Nadie la vio irse ni volver. En los últimos años había desarrollado una capacidad nueva, la de pasar desapercibida, para no tener que contar su historia. Aplausos de repente. Todo parece indicar que una niña se ha perdido en la playa. Decime donde te fuiste Clarita, así te puedo encontrar.

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