El olor a lluvia me recuerda esas primeras semanas de encuentros fortuitos. De encuentros llenos de palabras sinceras, palabras desinteresadas de fin, en hoteles nocturnos con olor sexo y gemidos de habitaciones contiguas. Un "vos" entregado a la única vida que te toca vivir, corta pero no tanto, que te da ganas de aventurarte, y que me hace amarte tanto porque me proyecto en esa cara de angustia desmesurada para la fecha de la primavera en la que todos sonríen. Me enloquecen tus pestañas largas y tus ojos de drama king, que te caraceterizan y son tu sex appeal. Que ganas de besarte entero en esta noche de agua, y que ganas de pedirte que te dejes fluir.
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