domingo, 13 de junio de 2010

Me empape tanto del papel que me perdí. En sus gestos, en sus palabras. Me las comí. Llevaba un tapadito blanco y una botitas azules que las compre en una feria. Me acostumbre a estar sola. Hablaba de futbol con el mozo del bar de calle florida a cinco cuadras del obelisco. Hablaba desde la ignorancia y el vasco desde la vejez. Andaba buscando no encontrarme con nadie. Un día me desperte harta de ser ella, ser indecisa, incredulamente segura, opaca y testaruda. Deje las botas, me corte el cabello. Me puse un pantalón roto y sin saber nada fui a encontrarme conmigo. A un lugar aun más frío. No tenía bolsillos y menos monedas, pero entre en todos los sitios posibles donde pudiese bailar. No me despegue de los músicos ni una noche y aprendí a apasionarme.
Ajustarse al papel, no es fácil ni es necesario.

1 comentario:

ester dijo...

me encanto, no por nada.