domingo, 27 de julio de 2008

por aquí por favor...

- Bajate de la moto querés, te vas a matar!
Era tan obvio a los ojos del mundo. Un gesto desmedido, la incoherencia de los veinte años. Cuando uno reconoce las cosas, se hizo tan de noche. Las opciones son pocas, el camino sencillo para llegar a casa de la abuela; dar por finalizada la función en el corto plazo en el que baja tu mirada. El látigo impreso en mi espalda. De nombre la culposa. En el instante en que la lluvia de insultos me advierte de mi estupidez, retomo el camino fragoso, y ahí, donde me equivoco, el fiasco de que no me den la paliza. Endeudada, a cuenta de cambiar la ansiedad, me tiro del coche a quebrantar la levedad de casi agosto o de un potencial septiembre. Ya estoy ensañada con la idea del deber, pero me resulta degradante el ardor de mi cabeza, necesito un extintor que tenga misericordia de mi. Momentáneo el pánico. El reloj marca las doce, es hora de optar por ser princesa, o vulgar.

sábado, 26 de julio de 2008

cara de bala

a lo lejos un clamor y parte de la inhibicion por afuera. te levantas del asiento a mi izquierda y te vas. a todos nos pasa que nos podemos sentir intimidados, si lo deseamos, con facilidad. siempre llega otra persona y el lugar o queda grande o queda chico. "Y te apoyas asi en mi pecho"... Y vomito imperfecciones y me dan arcadas de tu obviedad. Prefiero el silencio, prefiero la quietud y que no me hagan cosquillas. Nada nuevo trae la feria. quizas algun producto a menor valor. desde luego que no te sentis segura de vos. no lo dice sino tu manera de vestirte, tu forma de hablar, como te le avalanzas en un lugar tasn publico. que desastre pensar hasta donde llegas con tus gestos. que triste que ocupes mi cabeza con tanta boludez y con ese tonito de pelotuda que te brota por el fleco. gracias a que todo es mas importante a un viaje en tren, donde viste lo que querias, y apoyaste tu bolso en el asiento de al lado para que a nadie le quede grande ni le quede chico. No hay dudas. tenes cara de bala.

martes, 22 de julio de 2008

interpretando

Frente a la entrada, te discutí, te pegué, te mordí. Un cúmulo de pensamientos contradictorios, el rostro me delata. Te encaprichaste, me retaste, me escupiste, te irritaste. Un golpe en el medio del estómago y te leo tan fiel a lo que ya conozco. Minutos de charlas estrafalarias, hasta que sucumbo en responderme las preguntas que te he hecho. Todo el día vigilando bajo la línea del horizonte. Hasta desviar la mirada y ver en el cielo el cruce de diagonales entre un cable de luz y una antena. Es el momento exacto en que descubro que mi cuarto es un desorden, que son insuficientes mis cuidados, que el mundo esta pendiente de lo evidente, y cuantas ganas tengo de dormir bajo la frazada. No desprecio los intentos por despertarte. El frío me hace fumar de más- meditar acerca del sentido de encontrarte bajo la sábana alguna mañana de rutina o envolverte en un sueño de viajantes que no le devuelven nada a nadie. Objetivo pequeño el de concebir al universo como sensato. Y es todo un certamen encenderte en la osadía de vibrar. En la ribera de mi mar, manifiestas la verdad con un silencio y un abrazo. Si te quito la ropa es sólo la metáfora de cuanto me gusta verte despojado.

jueves, 17 de julio de 2008

te quiero, te odio?

un vuelco, la esquina,un giro más. seguí camino y como en primavera otoño, no miro vidrieras nunca. te pinto un cuadro rojo. por días, desde hoy. por la autopista miro las ventanas del hospital. atraviesan los recuerdos de la navidad. no tenía ganas de vivir. un viaje agotador y todas las palabras son pocas. me tiento una y otra vez a despilfarrar la angustia. el vidrio vibra, no quiero quedar a mitad del paseo.

jueves, 10 de julio de 2008

No creíamos que fuese necesario decirlo, entonces omisión. Cut, there, justo en ese instante en el que todo puede volverse confuso. Ada tan llena de lamentos vistiendo su pollera alargada, que le hace verse más flaca de lo que es (eso que es una Olivia de tes trigueña y ojos claros). Yo lleno de vicios como lo acostumbrado desde mis quince años con el piloto gris, y los zapatos gastados de tanto caminar. Andabamos por la boulevard de la bella villa al noroeste del conurbano. Un bolso en el que Ada lleva todo lo imprescindible- una bic azul, un bloc de hojas blancas, un espejo y las llaves para volver a la guardilla donde residimos. Ada y yo nos conocimos un julio pasado, algunos años previos a que yo dejase de trabajar en las oficinas de la fábrica de jeans, y decidiese dedicar mis horas, lisa y llanamente a contemplar el mundo. Luego le devuelvo al mundo mi visión de lo contemplado, y Ada es la primera en escuchar mis relatos. Cuando los relatos pasan a tener un poco de historia, y tras algunas correciones que les hago sólo las tardes de sol, pasan a manos del editor que es el encargado de que Ada y yo tengamos dinero por unos meses más para seguir comiendo. Esa tarde de sol caminando el boulevard en busca de encontrar el lugar indicado para que yo corrigiese algunos escritos, mientras Ada se miraría en el espejo contando todas las imperfecciones de su rostro, esa mismisima tarde veníamos hablando de nuestro primer amor. Y en ese momento en el que debíamos confesar o mejor definir nuestra relación preferimos cortar la charla. Siempre fuimos de esa gente que prefiere ver lo que viene sin reglamentos. Ni pensar en hablar de lo que ha sucedido, por eso nunca supe como es que empezamos a hablar de nuestro primer amor después de casi dos años de convivir... La inseguridad que mata, la palabra que no debe ser más que un plus, y en ese instante cut.


miércoles, 9 de julio de 2008

-No me gustan sus ojos -se obstinó Josiane-. Y además que no te mira, la verdad es que te clava los ojos pero no te mira. Si un día me aborda salgo huyendo, te lo digo por esta cruz.

Cortázar Julio: "Todos los fuegos el fuego", Ed. Sudamericana. Argentina. Año 1986. Pag. 138.