Hoy me desperté de un sueño muy largo.
Un sueño en el que me resignaba a que las cosas eran como eran,
y no como yo quería que fueran.
En ese sueño,
había lugar para miedos,
rayes,
humo,
y ansiedad.
Sea en ese orden, o mezclados,
siempre tenían el mismo sabor,
y lucían cubiertos por una especie de neblina.
Hoy me desperté por el frío que se coló por mi ventana,
(minimamente abierta
"para poder respirar",
como decía la persona más dulce que conocí.)
Siempre intenté dejar de pensarme,
dejar de lado esa sensación de ahogo,
miedo,
rayes,
humo,
y ansiedad;
para empezar a sentirme.
Pero no sabía si podía.
Hoy me desperté, después de mucho tiempo,
de luchar para no sentir,
de pensar para no evadir,
de temer en lugar de amar.
No será mucho,
pero para mi es un mundo.
Un te extraño y un gracias se entremezclan
hoy más que nunca.