¨Do not listen to anybody else but yourself¨
Caminé por horas bajo el agua, con las botas bien calzadas y un piloto de los años 70 de mi madre, creo. No vi nada ni nadie frente a mi ese día. Sólo me encontraba en mi cabeza. Ahí donde yo estaba conmigo, con mi melancolía juvenil, con los años de todo lo vivido, que no es más que unos veintitantos. Recordé una charla con mis padres, de hacía unos cuantos pares de años atrás en la que me explicaban con una metáfora, que en su momento se me hacía inútil, acerca de como un hijo se parecía a un cristal y sus padres la cajita protectora.
Tan lejos de la cajita me sentí al recordarlo, que hasta temblé por el frío que en ella antes no sentía. Pero el aire libre me hace bien, mi cajita siempre estuve medio abierta para que el cambio no fuese tan brusco. La mirada de los padres, guarda un exclusivo amor. Después de tanto caminar llega a la puerta de la casa de mis padres. Se abrió. Y están ellos, aún hoy me miran, y se que siguen pensando que soy su cristalito....
No hay comentarios.:
Publicar un comentario