Buscaste por todos los rincones alguna instrucción que pudiese guiarte. Mientras me caían lágrimas y me acurrucaba en un sillón. No había mapas ni recetas. No hay nada más que el tiempo para entender, te dijiste. Casi resignado, te sentaste a mi lado. El tiempo que aunque no se puede planear se desea. Un abrazo, la ternura de tus labios, consolando mi llanto. La locura que se provoca del amor. La sensibilidad que excede los umbrales. Me sostenes entre tus brazos para que no termine por ahogarme. Tu sonrisa provoca la mía. Me desato de mi, y entre mis brazos te enredo. Me pierdo en vos, y me redescubro.
lunes, 13 de julio de 2009
El manual para entenderme.
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1 comentario:
Hermosa sensación. Saludos,
E.F.
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