Tres tonos distintos de verde, o tres sonidos distintos. Tres deseos pedidos.
Me miras como preocupado, me contas algo que no comprendo, casi como un libro que leo y no puedo decodificar. Mi director me cuenta un sueño que ni necesita contarselo a su terapeuta para entenderlo.
Cuantas veces soñe que iba a ser así, y lo que era deseo se convierte en adrenalina para convertirse de nuevo en rutina.
Me miras, de nuevo me miras y te identificas con mi sentiemiento de que la vida no me alcanza. Pero yo salgo a caminar, a respirar otros aires. No te quedes ahí. No te hundas en el sillón del desgano.
1 comentario:
que lindo haberlas visto ayer!!
como música para mis oidos en esa noche tan sorda.
Publicar un comentario