nadie dijo nada al enterarse que algo le pasaba, todos bajaron la mirada como queriendo cambiar de tema. ella igual no quería hablar, no podia medir sus palabras. el llanto irrumpía cada vez que trataba de explicarlo, y un estado de excitación falaz podía hacer parecer que todo seguía como siempre. la ultima vez que la vi estaba sentada en la plaza de las heras y coronel dias, esperando que en algún momento la historia cambiara y todo fuera mejor. lo posible. esa pared contra la que siempre uno se rompe el coco. me conto que hacía ya algunos dias estaba desilusionada. que las mentiras que él le había dicho ya no le importaban. que sabía como era la cosa y que lo aceptaba así. me conto que ya nada podía esperar de él, y que no lo lamentaba. me dijo también que aunque no le gustara la palabra crecer, ella había crecido. me preguntó que opinaba y le dije que nada, que ya no tenía más ganas de opinar porque ella nunca me daba bolilla. nos reímos. me dijo que no tenia nada que ver, que yo ya sabía que ella nunca le daba bolilla a nadie. hice una mueca y me prendí el último cigarrillo. siempre lo mismo. y la pared que se va acercando de a poco.
1 comentario:
Muy lindo tu blog, y leerte también
saludos desde acá
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