Subiste hasta el último piso, ahí donde no había mas nada. Creíste que podías volver atrás con mucha más facilidad que lo que te costó llegar hasta ahí… pero no. Deshacer cuesta lo mismo.
Te pedí que no jugaras... te avise que yo lo hacía en serio. Me gritaste que sabias lo que hacías. Te quise responder, pero ya no me escuchabas. Estabas entretenido con alguna otra cosa.
Carril unipersonal. No hay quien vuelva, ni quien acompañe. La ruta esta oscura y nos encanta viajar.
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