"...please dont put your life in the hands of a rock 'n' roll band..."
Sin sentir el calor, sentada, la cortina polvorienta del colectivo me acaricia el brazo que sostiene el libro, al cual devoro mientras prefiero deshacerme del peso de planificar mi vida. No voy a estar allí. Estaba decidido de antemano y cada rumbo que tomé lo deshice, y ya no eligo nada, que todo pase como tiene que ser. Una educación tan drástica como la de Simone, el reflejo de una vida diferente, y si no es guerra, es crisis. Más tiempo para olvidar. Nada de motivo visual mirando por la ventana, me introduzco en las historias ajenas como me divirtió siempre. Un hombre que te invade, que te quema en sus invenciones. Aquel que te hace personaje porque no puede con tu persona. De nada sirve ser character de nadie. Arden más los besos que no son de los estereotipos, que no insuflan con su razón, que aman brutalmente y despedazan tu pensamiento como el fuego a las hojas de cada libro. Y cada palabra como una mancha. Silencio, no hay hospital pero mi alma se cansa, se enferma, y tiene un historial grave para tan pocos años. Shhhh. Silencio. Una señora de piel seca y arrugada, con ojos grises apagados, me mira, agita su cabeza, me advierte que en la tierra no hay silencio, que si lo quiero lo busque en la concentración de mi mente, en el encuentro entre mi alma y mi cuerpo que son uno y en todas las épocas lo fue. Runaway.
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