Maquiavelica la influencia que tenes sobre mi, para enrolarme en tus pensamientos. Estoy agria cual vinagre de vino. En el mismo banco que hace años estoy sentada mirando lo invisible e intangible del tiempo pasar en los cabellos de las mujeres que están largos, mientras los míos son cortos. A la distancia del tacto con el espacio que no son las figuras, que existe aparte, que me es ajeno, observo. El llanto me nace a cada rato desde un lugar que no contemplo dentro mío. No me cierran esas ideas vagas de huida. Ningún pasado fue mejor y no hay verano que no se esfuerce por destacarse. Un amigo confundido me dice, vos si que estás en un buen momento... y yo le digo... no te proyectes.
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