Aprendi a quererlas así porque creía que era la unica forma de convencerlas. Las cerezas eran mucho más sabrosas si estaban maduras, me dijeron y así, empecé a sentir que los domingos no eran solo para estar mal. Parada. El contorno que se dibuja a lo lejos, a donde me estiro para poder alcanzar sus límites. Me muestran qué diferente la proyección de la realidad, las palabras de su vida. Mi forma se proyecta y dibuja una figura.
Mi forma, no la de las carcajadas, tan solo la de las sonrisas. No la de palabras atrapantes, tan solo la de miradas sinceras. No la de los mordiscos, tan solo la de las caricias. Mi forma, la dulce, la suave, la comprensiva. La que yo elijo, la que tolera hasta que me haces vomitar, y en el suelo, quedó mi nube, esa que tanto criticás, la distinta, la ingenua, la segura.
El contorno se acerca, ya me puedo figurar que gusto tiene lo que me da vida.
Para que contartelo, si no te sirve más que para darte cuenta que aún no me amas y que dificilmente puedas hacerlo. Me arrodillo, caigo, como no queriendo escuchar. Estaba tan divertida que no quería resignarme al juego de mascaras. Me vuelvo, me siento, me apago. Es que me mareo con tu voz tan alta.
1 comentario:
life on mars
vinieron a divertirse y pagaron en la puerta no hay tiempo para tristezas!
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