Cruza el puente corriendo. El tapado gris no alcanzaba para cubrirlo del frío. Había conseguido el papel en la película, y no estaba nada orgulloso como hubiese creído. Pensaba como pasar aquella noche. El semáforo no le da paso, pero cruza sin mirarlo. Bocinas y luces de los autos cruzando. César no llega a percatarse de nada. Mira a lo lejos, desentendido. Un perro lo huele, lo sigue, lo acompaña. Camina hasta pasar de largo la puerta del edificio. Media cudra adelante lo advierte, retrocede. Está entrando Deborah.
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