jueves, 24 de enero de 2013

soltar


La casa vacía, de tu voz, vacía de tu presencia, vacía de tu risa. Entró en tu cuarto, desarmado, tus cosas están en cajas. La oscuridad y el polvo me dan vértigo. Si ese cuarto era luz y bullició, y ahora es sólo ausencia. Y tu guitarra quieta, muda. Pero en mi interior, por fortuna, aún suenan tus cantos, como si me cantarás un arroró para que me llene de paz.

No hay comentarios.: